domingo, enero 23, 2011

Quizá los domingos pesen mucho. Quizá pinten la soledad en las paredes de mi despacho, mientras cuelga la vida dentro de los percheros desolados. Hace frío, y las cuentas del amor no salen. Se quedaron atascadas en una pequeña pantalla del móvil en la del ordenador, en la que aparece constantemente facebook...¡qué tedio!...Su nombre¡¡¡¡ quiero que aparezca su nombre!!!. Pero se debe esconder por las esquinas del domingo del lunes, martes, miércole... Accedo una y Otra vez a la cocina, busco una manzana, después un café, al final una cerveza. El tiempo cae a plomo. El lugar de mi vida en estos momentos es color sepia. Por eso apago la bombilla del automatismo que me hace vomitar palabras sin más, y me quedo en el despacho, mirando los cientos y cientos de libros que me rodean, cuadro, revistas, periódicos, cuadernos... Basura de la vida, cuando esta se vacía.