miércoles, septiembre 02, 2009

Hoy todo me huele a carne vieja y a muerte. Hoy me han dado un puntazo en mi soberbia de escritora. Y una no sabe por qué un artículo vale más que otro, cuando los hay que huelen a pringue o que emborrachan de baba como los jazmines pitiminí. Una no sabe nada. Sólo que cuando fracasa, no es ella la que fracasa, sino son los otros los que triunfan con cáscaras de huevo. Es jodido este mundo de la literatura y la comunicación. Debes lamer los excrementos del jefe aunque te produzcan vomitonas y flatulencias verdes. No logro entender nada, no lo logro. Es que a una le da todo a la literatura , y no puede ir debajo con el peso de la ruindad de los otros.
Pero, sien embargo, todo es un instante, nace, se hace icono mediático durante algunos días y cae como la hoja del diario en una papelera del metro al llegar la noche. ¿Por qué pues este desasosiego? ...Me tomare un guisqui, y veré las cosas en su dimensión. Lo otro es querer que un globo y un alfiler convivan constantemente sin acabar agrediéndose.
Las turbulencias del otoño comenzaron antes del otoño, pero yo no me voy a dejar zarandear por tempestades y humo de cacerolas podridas, todo lo echaré fuera de la manta de escepticismo que me cubre.
Mi gato lleva toda la mañana en mi despacho, y me mira diciéndome que tranqui tronca, que luego digo cosas que me pueden perjudicar. Me daré un baño en la luz de sus ojos, y quedaré puraaaaaaa¡¡¡¡¡
BOHEMIA

Etiquetas: