martes, agosto 25, 2009

Le he dado sin darme cuenta a alguna tecla y ha salido mi escrito. Quería añadir que vengo de Extremadura, de un pueblo perdido, Salvaleón. Todas las tardes, acudía a la plaza a tomarme un guisquito, y lo hacía cuando se acercaba la hoa mágica que era a las nueve menos diez, entonces en el cielo claro y limpio, aparecían miles y miles de pájaros cantando a buscar su habitación en la rama de tres árboles de la plaza, los demás no le gustaban, y pasaban de ellos. Pero como eran tantos, duraba la "pelea" por las ramas de esos tres árboles, casi una hora, y se ponía el cielo lleno de puntos suspensivos, de comas, de interrogaciones, admiraciones... y se alzaban las voces de milenios y todo era una magia de andar por casa, a mí me daba por mirarme mis sandalias rojas y las uñas de mis pies a juego, y todo era como en el principio, cuando se inauguró la primare página del universo.