jueves, agosto 20, 2009

Las sombra de los dias me acechan escondidas tras la luz muerta y letal de agosto. Desecho los sueños rotos de los veranos de playas con zumbido de cuarenta grados y morenos de dos euros la serie. Espero el filo de la navaja que corta el pétalo de la flor del norte, aquí en mi despacho de la ciudad de los periodistas, bajo la sombra de Modiano, Ford, Sebald, Amis, Houellebecq, Alan Bennet, Paul Auster... Tienen unas rinconadas a la sombra que cabecea en sueños de otras latitudes. Ahora entra mi gato, y sus ojos violetas se hacen tardes de otoño entre mis brazos, y el duro zumbido del aire acondicionado que acaricia mis piernas doradas de playas inexistentes. Tengo que escribir, sí tengo que buscarme enrte personajes límites, el sueño, el café, la cerveza el guisqui... la literatura en vena... y qué se yo.
Nada tiene sentido, y menos la belleza. BOHEMIA