miércoles, agosto 26, 2009

No es la música el fondo de mi vida sino las teclas que huyen despavoridas al buscar los contenidos que creen saber en la noche de los tiempos. Todo es lo que una recuerda, no existe en el corazón otra masa que la luz de los agujeros blancos de la memoria. Viene la tarde y recorre los metros de Madrid y llora en un chaval que por dentro se rasga ante la mirada incierta de la madre que consume su octavo guisqui... No corras ante lo que parecen mariposas mutiladas son sueños que se rasgaron al amanecer y no vuelven nunca sino es cuando salen las palabras como las mías sin guardián ninguno. Dejémoslas libres ellas dirán lo que quieran entusiasmadas por el espacio donde florece la amapola solitaria de una montaña. Espero que hoy no sangre demasiado la hora del anochecer, me pone echa un asco, con ojeras, se me corre el rimel y tengo que ponerme gafas para ver de otra manera. BOHEMIA

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